<img src="http://grupogunir.net/imagenes/entrar.png">
Entrar al taller, donde solías ver a tu papá amasar.
[[Taller]] Acercarte al mostrador, donde una joven acomoda pan dulce.
[[Mostrador]] Quedarte afuera observando las flores que tu papá cuidaba.
[[Flores]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/1.png">
El olor a pan recién horneado te recibe antes incluso de cruzar la puerta.
Es cálido, es dulce… es tu infancia regresando sin pedir permiso. La fachada color terracota parece más pequeña de lo que recuerdas, pero sigue siendo igual de anticuada.
Las macetas de flores rojas siguen vivas, igual que el letrero de madera donde tu papá pintó, a pulso, Panadería: “La memoria”
Respiras hondo. Y por un instante, todo el ruido del mundo se detiene.
Regresas a la panadería donde creciste. Donde aprendiste a observar. Donde aprendiste a sentir.
Entonces te acercas a:
[[El taller]] [[El mostrador]] [[Las flores]]
<img src="http://grupogunir.net/imagenes/2.png">
El taller huele a recuerdo tibio. A masa descansada. A paciencia. En la mesa central, la harina forma un paisaje blanco que se esparce como nieve sobre los tableros. Sientes una punzada en el pecho: Aquí te enseñó tu papá a distinguir cuándo una masa está viva, cuando la misma respira. De pronto escuchas pasos suaves y una voz familiar:
—¿Eres tú…?
Es Don Aurelio, el panadero que trabajó siempre con tu papá.
[[Conversación con Aurelio]] [[La Memoria en las Manos]] [[El Cajón Antiguo]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/mostrador.png">
El mostrador está lleno de colores cálidos. La chica que acomoda el pan te sonríe ampliamente con una expresión curiosa.
—¿Te puedo ayudar? —pregunta.
Pero cuando te mira bien, abre los ojos con sorpresa.
—¿Eres la hija del panadero? ¡Tu papá hablaba tanto de ti…!
Su voz es dulce, casi musical.
[[Noticias sobre Papá]] [[Tras el Mostrador]] [[La Historia de Sofía]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/tarjeta.png">
Te agachas para tocar las flores. Los pétalos suaves te traen de vuelta la risa de tu papá cuando decía: “Las flores también son pan… pan para los ojos.”
Una pequeña tarjeta sobresale entre las macetas. La tomas. La letra es conocida, demasiado conocida. Es la letra de tu papá. Dice: “Para cuando regreses.”
Tu corazón se detiene un segundo.
[[Buscándolo]] [[La duda]] [[El Mensaje en las Flores]] Tomar un poco de masa y comenzar a amasar recordando a través del tacto.
[[Memoria en las manos]] Hablar con Don Aurelio sobre tu papá y la panadería.
[[Don Aurelio]] Explorar el taller, buscando algo que dejaste aquí años atrás.
[[Cajón antiguo]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/taller.png">
Pedirle que te deje pasar a la parte de atrás, para ver cómo trabajan ahora.
[[Cálido y revelador]] [[Tensiones y secretos]] [[Caos divertido]]
Preguntar por tu papá, con un pequeño temblor en la voz.
[[Planes]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/historiadesofia.png">
Preguntarle su nombre y cómo llegó a trabajar aquí.
[[Sofía]] Entrar inmediatamente a buscar a tu papá.
[[Un nuevo comienzo]]
[[Descontrol]]
[[Amargo]] Guardarte la nota, sintiendo nostalgia.
[[Heridas abiertas]] Seguir observando las flores, buscando si hay algo más escondido.
[[Mamá Aura]] [[Regalo de Aura]] [[Coraje]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/hombro.png">
Don Aurelio suspira con cariño. —Tu papá… nunca dejó de esperarte. Tenía la esperanza de que un día cruzaras esa puerta otra vez.
Sientes un nudo en la garganta.
Aurelio coloca una mano en tu hombro.
[[Reencuentro]] [[El destino]] [[El futuro]] Preguntar dónde está ahora tu papá.
[[La respuesta de Don Aurelio]] Contarle tus planes de volver a hacer pan aquí.
[[La respuesta de Don Aurelio]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/entrar.png">
Pedir entrar más al taller para ver si algo ha cambiado.
[[La respuesta de Don Aurelio]] Respondes que tú eres mucho mejor que él.
[[Decepción]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/amasar.png">
Amasar vuelve a ser respirar. La masa tibia, suave, dócil… Tus manos la reconocen. Y tú te reconoces en ellas. —Tienes el mismo toque que tu papá —dice Aurelio desde la puerta.
[[Respuesta]] [[Pregunta]] [[La huida]] Le cuestionas sobre la ubicación de tu padre.
[[La respuesta de Don Aurelio]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/retirar.png">
Algo dentro de tí te dice que no es el momento de volver, ya que en el pasado las negativas de tu padre a un cambio te hicieron buscar nuevos caminos.
Reflexionas que tal vez si tu padre es feliz haciendo lo mismo, no deberías interferir. Así que prefieres retirarte.
Aún así fue bueno recordar los viejos tiempos.
[[Decepción]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/recuerdo.png">
Encuentras el viejo cajón donde guardabas tus colores cálidos, tus recetas torpes, tus sueños. Adentro hay una foto tuya con tu papá, ambos riendo con harina en la cara. Entonces lo entiendes, ya es hora.
[[Buscándolo]] [[El recuerdo]] [[Renacimiento]] Decidir rehacer la receta de esa foto.
[[Amistad]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/final1.png">
La panadería renace.<img src="http://grupogunir.net/imagenes/respuesta.png">
Don Aurelio, con su amable sonrisa y un leve suspiro te pide entrar al fondo del taller.
Entonces tú tomas una decisión:
[[La huida]]
[[Un nuevo comienzo]] Entras al fondo del taller, y ahí lo encuentras. Es tu padre, sentado en su vieja silla favorita, anotando en su cuaderno recetas nuevas que cautiven a nuevos paladares. Así como tú alguna vez le mencionaste que la panadería debía renovarse. Te das cuent que a pesar de los años, él no olvidó tus palabras. Entonces sus miradas se cruzan y ambos sonrien con ternura y nostalgía. No hacen falta palabras. Estás en casa.
[[Renacimiento]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/romper.png">
Tu padre escucha que has llegado, pero, al ver que los desacuerdos y posibles roces entre ustedes no cambiaran ni con el pasar del tiempo, visiblemente molesto y a la vez decepcionado decide romper las recetas nuevas que estaba ideando para tu posible regreso.
[[Se acabó]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/final2.png">
La panadería llega a su fin.<img src="http://grupogunir.net/imagenes/sofia.png">
Sofía es hija de Don Aurelio. Amablemente te explica que lleva 3 años ayudando en la panadería y que estaba emocionada por conocerte ya que hablan mucho de tí, pues has sido una gran inspiración para todos.
[[Plot twist]] Ahí la conoces, una chica sonriente y dulce acomodando pan. Ella te reconoce al instante y se emociona. Le comentas la idea de rehacer la receta y feliz te ofrece ayuda, la conexión en inmediata y te das cuenta de que pueden ser muy buenas amigas. Su nombre es Sofia.
[[Sofía]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/noticiaspapa.png">
Sofia te cuenta todos los planes que tiene tu padre gracias a ti, que decidió seguir tus consejos de renovarse y le pidió apoyo para comenzar, pero que todo realmente empezaría a cobrar vida cuando tú volvieras.
[[Impresión]] Todo este viaje de recuerdos y la conexión con Sofia te hace tener una loca idea. Poner tu negocio propio, ¡una cafetería! esta vez sin limitaciones, sabes que una mente similar a la tuya se atreverá a innovar. Tu padre nunca quiso hacerlo, así que cuando ella está por mencionarlo le comentas que prefieres hablar de él más tarde. Podría ser grandioso o desastrozo. Pero primero debes tomar la decisión:
[[Dar el paso]] [[No es el momento]] Te atreves a hacer la propuesta, total, el que no arriesga no gana.
[[Sofía Acepta]] [[Sofía no acepta]] No haces la propuesta ¡Tienes 10 minutos de conocerla! Es imposible que cualquiera acepte algo así.
[[Por mi cuenta]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/impresion.png">
Quedas impresionada. ¿Realmente papá decidió hacer lo que por tanto tiempo se negaba? Eso te conmueve. ¿Deberías buscarlo? o quizá ahora tienes otras ideas.
[[Buscar a papá]]
[[Otra perspectiva]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/propia.png">
Tu propia cafetería ya es una realidad.Es momento de ir con papá. Saludas a Don Aurelio, él te abraza y le comentas que ya conociste a su hija. La charla es breve pero agradable, con calma te indica dónde se encuentra papá. Al llegar ambos se miran con ternura y se abrazan. Todo está bien, es momento de dejar las dificultades atrás. Le comentas osbre la charla con Sofía y él lo confirma. Te hace la propuesta de trabajar juntos en la panadería, esta vez dejandote involucrarte más con todas tus propuestas. Lo meditas un momento y le dices tu respuesta:
[[Innovando]]
[[Nuevo camino]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/otraperspectiva.png">
Aunque te da mucha alegía saber que te han considerado para algo tan importante, tu mentalidad ahora es distinta y quisieras intentar hacer las cosas por tu cuenta, así tendría más valor para tí. Le sonries a Sofía agradeciendo por su sinceridad, pero le comentas que quisieras hacerle una propuesta, antes de ver a papá.<img src="http://grupogunir.net/imagenes/innovando.png">
Decides trabajar con papá, integrando todas tus ideas, junto con Sofía, se vuelven grandes complices y muy creativas. Tu padre y Don Aurelio se integran para poder hacer todo realidad.
[[Renacimiento]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/nuevocamino.png">
Agradeces a papá, pero no aceptas la propuesta. Le explicas con delicadeza que te gustaría intentar hacer las cosas por tí misma. En cambio le propones ser socios en negocios independientes. Quieres abrir una cafetería y ahí podrás vender su pan. Ambos seguirán apoyandose y no volverán a perder el contacto.
[[Mi panadería]] Han sido demasiados recuerdos pero prefieres seguir tu camino y no mirar atrás. Enviarás una carta a papá, sería bueno que él te visitara la próxima vez. A Sofía le parece una maravillosa idea, además ambos negocios se impulsarán mutuamente. ¡Tienes una socia!
[[Mi panadería]] Sofía te agradece, pero está muy acostumbrada a trabajar con su padre y el tuyo, además lo sentiría como una especie de traición.
Aunque te decepciona un poco, lo entiendes, igual pueden seguir siendo amigas y verse de vez en cuando.
[[Por mi cuenta]] Las flores te encantan. En especial las "campanillas chinas" ya que por su precioso color morado y su forma de estrella te recuerdan mucho a mamá "Aura". Hace tiempo que se fue, pero su escencia permanece en cada rincón y sobre todo en ese jardín tan colorido. ¿Por qué no honrar su memoria con algo especial?
[[Pan]] La puerta está abierta y entras al segundo lugar favorito de mamá Aura; la cocina, se encuentra el horno antiguo de papá, donde preparaban siempre recetas deliciosas, siempre con el toque característico de ella. Hay que darle una sorpresa a papá:
[[Sopa]]
[[Pan]]
[[El té]] Empiezas a preparar la masa, pero esta vez será diferente, en honor a ella, moldeas una estrella similar a la campanilla china, añades colorante morado y lo metes al horno. El resultado es hermoso. Un perfecto "pan Aura" para papá.
[[En honor a Aura]] Sopa tarasca, el platillo estrella de mamá Aura y el preferido de papá. Será una linda forma de reconciliarse. El tiempo se detiene, sigues al pie de la letra la receta, tal como te enseñó mamá, es como si ella estuviera guiándote. Papá te encuentra, se abrazan y disfrutan la sopa. Podría ser esta una nueva tradición.
[[El nuevo negocio]] [[Más juntos que nunca]] //¿Por qué papá y yo nos distanciamos tanto cuando mamá Aura se fue?// Él se la pasaba cuidando las flores que ella dejó y su panadería, pero empezó a dejarte de lado. Ahora reflexionas que debió ser todo el dolor que no pudo expresar y tú, con tu inmadurez tampoco. El tiempo no se detiene, es momento de reconciliarse. Abres la nota, las palabras de papá te alegran el corazón //"Perdona mis errores, no quiero seguir alejado de tí"//.
[[La Nota Secreta]]
[[La cocina]]
[[El Diario]] La panadería ahora tiene su producto estrella: "Pan Aura" en forma de la preciosa flor campanilla, en honor a tu madre.Las heridas aún no sanan. No estás lista y decides marcharte sin mirar la nota. Sin ver a nadie. Necesitas más tiempo, pero fue un gran paso el acercarte. Lo intentarás nuevamente.Es hora de empezar de nuevo, de soltar e iniciar nuevos proyectos. Después de platicarlo mucho, deciden abrir una Cocina tradicional Michoacana, con ayuda de Don Aurelio y Sofía, y la nombran "Aura".La panadería sigue su curso normal. Ambos dejaron los malentendidos atrás y ahora cada domingo se reunen junto a Don Aurelio y su hija Sofia para comer sopa tarasca, en memoria de mamá Aura. Un platillo que logró unir corazones. <img src="http://grupogunir.net/imagenes/calidoyrevelador.png">
Al pedir pasar a la parte de atrás, la chica del mostrador sonríe de inmediato: “Claro, tu papá me dijo que cuando volvieras te enseñara todo”.
Detrás, descubres que tu papá ha modernizado la panadería sin perder lo tradicional. Entre hornos nuevos y recetas antiguas, la hija del ayudante le muestra cómo han preservado su esencia.
Mientras recorren el lugar, sientes nostalgia; la nueva chica es cálida, curiosa, y conoce tanto la historia familiar que parece hablar de un hogar que ella misma abandonó. Esto te provoca una mezcla de orgullo, celos y ganas de volver a pertenecer.
[[Como en casa]] [[Volveré]] [[El legado]]
<img src="http://grupogunir.net/imagenes/tensionesysecretos.png">
Cuando pides pasar a la parte de atrás, hay un silencio incómodo, como si ella dudara.
Finalmente acepta.
Detrás encuentras una panadería reorganizada, con espacios que no recuerdas y, sobre todo, una sección cerrada con una cortina metálica. Cada vez que preguntas algo, la chica responde con evasivas.
Empiezas a notar cosas raras: recetas modificadas, equipo faltante, documentos apilados con prisas.
Poco a poco sientes que hay un secreto que papá y la nueva chica han estado ocultando durante tu ausencia. Y ahora que volvió, quizá no les agrade tu presencia.
[[Verdad incómoda]] [[Inesperado]] [[Reconstruir]]
<img src="http://grupogunir.net/imagenes/caosdivertido.png">
Te deja pasar atrás y de inmediato una charola se cae, una masa explota y ambas quedan cubiertas de harina.
Intentas ayudar, resbala un poco, casi tira otro molde, y la chica nueva solo ríe:
—Bienvenida al caos. Aquí todo es así… pero sabe rico.
Entre torpeza y risas, sientes que volver quizá no fue tan mala idea.
[[Caos que une]]
[[Desastrozo]]
[[Divertido regreso]] <img src="http://grupogunir.net/imagenes/comoencasa.png">
Mientras camino por la panadería y veo cómo todo cambió sin dejar de ser mío, siento un nudo en la garganta. La chica nueva me explica cada cosa con una calidez que no esperaba, como si me estuviera devolviendo un pedazo de mi historia.
En ese momento lo entiendo: no estoy de visita… estoy volviendo.
Decido quedarme un tiempo y ayudar a mi papá. Quiero recuperar lo que dejé atrás y volver a sentir que este lugar es mi hogar. Y, para mi sorpresa, Esta chica es la hija de Don Aurelio, quien se convierte en mi mayor apoyo, alguien que hace que regresar no duela, sino que se sienta como respirar de nuevo.
<img src="http://grupogunir.net/imagenes/volvere.png">
La chica del mostrador resulta ser mucho más de lo que imaginé. Caminamos juntas por la panadería mientras me cuenta cada cambio, cada receta nueva y cada desastre que han vivido. Termino riéndome con ella como si la conociera de toda la vida.
No me quedo a trabajar aquí —aún no estoy lista—, pero me llevo algo que no esperaba encontrar: una amistad que me hace sentir nuevamente conectada a mi familia.
Cuando me despido, ella me dice que regrese pronto. Y por primera vez en mucho tiempo, sé que lo haré.
<img src="http://grupogunir.net/imagenes/legado.png">
Al entrar a la parte de atrás, la chica nueva saca un cuaderno viejo y me lo entrega: el libro de recetas de mi papá. Hay notas escritas para mí por todas partes. Me tiemblan las manos.
Entiendo que mi regreso no fue casualidad; mi papá llevaba tiempo preparándose para darme una parte del negocio.
Ella me mira con una sonrisa llena de emoción y me propone crear juntas una nueva receta, algo que mezcle mis recuerdos con todo lo nuevo que han construido.
Acepto sin pensarlo. Ese día, mientras mezclamos los ingredientes, siento que estoy comenzando un capítulo que no sabía que necesitaba.
Mientras sigo investigando la parte de atrás, encuentro documentos y notas escondidas. La chica nueva intenta detenerme, pero ya es tarde: descubro que la panadería está pasando por problemas económicos graves y que han estado ocultándolo para “no preocuparme”.
Siento enojo, miedo y un poco de traición.
Al final, confronto a mi papá y a la chica. Después de una discusión larga, decidimos trabajar juntos para salvar el negocio. No es un final bonito ni cómodo, pero es real, y por primera vez siento que no estoy afuera mirando… sino dentro, enfrentando todo con ellos.
Mientras sigo investigando la parte de atrás, encuentro documentos y notas escondidas. La chica nueva intenta detenerme, pero ya es tarde: descubro que la panadería está pasando por problemas económicos graves y que han estado ocultándolo para “no preocuparme”.
Siento enojo, miedo y un poco de traición.
Al final, confronto a mi papá y a la chica. Después de una discusión larga, decidimos trabajar juntos para salvar el negocio. No es un final bonito ni cómodo, pero es real, y por primera vez siento que no estoy afuera mirando… sino dentro, enfrentando todo con ellos.
La tensión con la chica del mostrador aumenta hasta que finalmente explotamos en una discusión fuerte. Ella me acusa de llegar a juzgar sin conocer; yo la acuso de guardar secretos que no deberían ocultarse.
Al final, descubrimos que ambas teníamos miedo: yo, de no pertenecer ya al lugar; ella, de que yo llegara a quitarle el espacio que ganó trabajando duro.
Hablamos con la verdad por primera vez.
No todo queda perfecto, pero llegamos a un acuerdo: trabajar juntas para ver qué está mal en la panadería y cómo arreglarlo.
Es un desenlace áspero, pero honesto.
Después de tirarnos harina y casi romper la charola de conchas, nos quedamos riendo sin aliento.
Me doy cuenta de que, aunque todo sea un desastre, quiero estar aquí otra vez.
Sofía, esta chica que recien conozco, se convierte en mi aliada en el caos, y juntas hacemos que la panadería sea más divertida que nunca.
Intentamos hacer una receta juntas… y termina siendo un completo desastre: la masa no sube, los moldes se caen, y la harina vuela por todas partes.
Aun así, entre risas y estornudos, descubro que no me importa la perfección.
Lo importante es disfrutarlo, y este lugar me hace sentir viva otra vez.
Al final del día, cubiertas de harina y con masa pegada por todos lados, nos miramos y explotamos en carcajadas.
Por primera vez siento que regresar a la panadería no es solo nostalgia, sino diversión y nuevas amistades.
Decido volver otro día… y quizá incluso quedarme un poco más para seguir aprendiendo y riendo
Al sacudir las flores, cae al suelo una campanilla morada china, la flor favorita de mi mamá Aura y una tarjeta.
La letra en la tarjeta no es de mi papá… es de ella.
“Para cuando regreses, mi cielo.”
El aire se me va del pecho.
Reviso debajo de la maceta y encuentro una pequeña bolsa con una libreta marcada con su nombre.
Son notas, dibujos y palabras que dejó para mí antes de irse.
Un regalo que nunca pudo entregarme en vida… esperándome todo este tiempo.
[[Florecer]] Me quedo sentada en el piso, la libreta de Aura abierta en mis manos. Cada palabra suya parece tocar un lugar que yo había dejado dormido.
Entre sus notas encuentro una última frase escrita casi al final:
“Cuando regreses, florecerás otra vez.”
Cierro la libreta con cuidado.
Por primera vez en mucho tiempo, no siento que volví para huir… sino para sanar.
Me pongo de pie, tomo la campanilla morada del suelo y decido seguir leyendo, seguir buscando, seguir recordando.
Aura me dejó un camino, y ahora al fin empiezo a recorrerlo.Al entrar, el olor a madera vieja te envuelve. Sobre la repisa ves aún la pequeña tetera esmaltada que tu mamá Aura usaba para preparar su té especial, ese que sólo ella sabía equilibrar: un toque de canela, cáscara de naranja y hojas de limón del árbol del patio.
Decides prepararlo.
Prendes la hornilla como ella lo hacía, con calma, casi con un pequeño ritual. El té empieza a perfumar toda la cocina, mezclándose con los recuerdos.
La idea nace sola: sorprender a papá llevándole el té que tanto le gustaba a Aura, para recordarle que ella sigue ahí, en cada rincón, en cada aroma.
Una manera simple, cálida y muy de ella… para hacer que la casa vuelva a sentirse completa, aunque sea por un instante.
[[Aroma y recuerdo]] El té termina de infusionarse y la cocina se llena del aroma que definía a mamá Aura. Por un momento, parece que va a entrar por la puerta con su sonrisa tranquila.
Sirvo la taza con cuidado y camino hacia la sala donde está papá.
Cuando la huele, su expresión cambia: primero sorpresa, luego una ternura que casi nunca deja ver.
—Ese… —dice apenas—. Ese era su té.
No digo nada. Sólo me siento a su lado mientras él sostiene la taza con ambas manos, como si fuera frágil.
Después de un sorbo, me mira y asiente, sin necesidad de palabras.
Aura sigue aquí.
En la casa, en la memoria…
Y ahora, también en este pequeño gesto que nos reúne a los dos.Corres hacia la panadería y lo encuentras revisando unas cuentas en su escritorio. Su expresión se ensombrece cuando te ve.
Descubres que mientras estabas fuera, tu papá había confiado en otra persona para manejar parte de la panadería, alguien que terminó tomando decisiones sin consultarlo y dejando el negocio en riesgo.
Durante la confrontación, ambos se enredan en reproches y silencios cargados de años de distancia.
Pero poco a poco, entre explicaciones y lágrimas, entienden que la “traición” no fue intencional, sino un malentendido y el miedo de tu papá a perder lo que más quería. Terminan reconciliándose, con un acuerdo renovado: trabajar juntos y recuperar lo que casi se pierde.Entras corriendo y encuentras a tu papá discutiendo con la chica que ayuda en la panadería, Sofia. Al verte, la tensión se corta de golpe.
Tu papá te revela que él estaba furioso porque descubrió que alguien había estado vendiendo parte de las recetas familiares a otra panadería, aprovechando tu ausencia.
Al principio, sientes que todo es culpa tuya por haberte ido. Pero mientras escuchas, entiendes que la “traición” no fue de tu papá ni tuya, sino de un tercero que buscaba aprovecharse de su confianza.
[[La traición de Don Aurelio]]
Entro corriendo y veo a mi papá discutiendo con Sofía. Al verme, todo se detiene.
—Alguien estaba vendiendo nuestras recetas —me dice papá—. Creí que todo se estaba perdiendo.
Pronto entiendo: no fui yo ni él. Fue Don Aurelio, amigo de la familia y papá de Sofía, intentando usar la confianza para abrir su propia panadería.
Me acerco y le tomo la mano a papá.
—Juntos lo arreglaremos —susurro.
Papá asiente, y por primera vez siento que la panadería y nuestro legado están a salvo.En lugar de ir a la cocina o al taller, decides buscar en el escritorio antiguo de papá. Entre papeles y cuadernos, encuentras un diario cerrado con su nombre.
Al abrirlo, lees páginas llenas de recuerdos de mamá Aura: desde cómo planeaban juntos la panadería hasta momentos íntimos y tiernos que solo ellos compartían. Pero también encuentras la otra cara: sus lágrimas silenciosas, su tristeza profunda al quedarse solo, la soledad que sentía al cuidar todo mientras tú también estabas creciendo y lidiando con tu propio dolor.
Cada palabra te golpea: entiendes por fin que su distanciamiento no fue falta de amor, sino un escudo contra el dolor, un miedo a mostrar su tristeza y a arrastrarte con él.
Sientes que todo tiene sentido: su silencio, su rigidez, su distancia… eran su manera de protegerte mientras él lidiaba con la pérdida de Aura.
Con el corazón más ligero, decides buscarlo, lista para abrazarlo y empezar a reconstruir la cercanía que ambos perdieron.Mientras me quedo mirando las flores, un recuerdo de mamá Aura me golpea con fuerza: su risa, sus cuidados, la manera en que llenaba la panadería de vida.
Pero esta vez, en lugar de tristeza, siento coraje. Coraje por haberla perdido, por los años que mi papá y yo dejamos pasar distanciados, por no haber entendido antes su dolor ni el mío.
El coraje me da fuerza. Me pongo de pie entre las flores y siento que ya no quiero quedarme paralizada por el pasado.
Es hora de ir a buscar a mi papá, de enfrentar los silencios, los reproches y las heridas, y de reclamar lo que todavía podemos salvar juntos.